Tuesday, July 31, 2007

Una de antes, en tarde de verano

No se en qué momento te convertiste en parte de mis diálogos, pero es lo que hay y trato de sentarme contigo cada vez que las ideas dan vuelta en la cabeza. Eso, aunque muchos dicen que no entienden la forma en cómo deambulan esas ideas en mi cabeza.
Es que siempre fue compleja, como si desde chico ella quisiera recorrer un camino distinto..., siempre lleno de preguntas, temores e inseguridades. Preguntarte millones de cosas te ayuda, pero también te cansa...., a mi me cansa. Hace rato que pienso en no hacerme tantas, en vivir de corrido cada cosa que pasa por delante y hoy me pregunté por qué me había pasado eso.
Recordé entonces una imagen que jamás voy a olvidar y que siempre me sirve para ver de lo que estamos hechos.
En ese tiempo, un día de sol en la plaza de armas era argumento seguro de atardecer tomándose un respiro, cigarro en mano en alguno de sus bancos... Era curioso, pero desde el primer día que llegué a la Radio, me quedaba pegado mirando el ritmo de la plaza desde la ventana del pasillo del control master. Era un buen lugar para fumar un cigarro en turno de fin de semana y era un buen lugar para tomar el fresco de la mañana en verano.
Una de esas tardes, de las de calor, bajé a sentarme en uno de sus bancos..., fijo que estaba atrasado con algún tema por haberme pasado el día en más de una conversación de esas inutiles, pero entretenidas. Estaba fumando y viendo a la gente cuando un niño de..., no se, cinco años llamó mi atención..., su empecinamiento con un grupo de palomas era divertido, incluso relajante. El niño caminaba y reía detrás de ellas sin ningún cuidado y la verdad no se cuánto tiempo estuvimos los dos, en eso...., el pendex detrás de sus palomas y yo siguiendo con la vista al pendex.
Tuvo la capacidad, de pronto, de romper el momento con un estallido de lagrimas que lanzó de la nada..., comenzó a mirar en todas direcciones y el llanto lo cambió por gritos..., aunque no sabía que eran sencillamente sordos en ese lugar y a esa hora.
Su juego, en mis ojos, se cambió por un par de manos que lanzó al aire. Claro, buscando apoyo, no se de quien porque nadie le tiraba los brazos, pero seguía, siempre con sus manos al aire. Qué loco, sus manos si tenían destino, de entre la gente apareció una mina joven que con una sonrisa luminosa lo esperaba y le tendía los brazos..., el solo tocar de manos, lo calmaron. La que supongo era su madre lo tomó en brazos, secó sus lgrimas y le hizo cariño..., pero el niño tomaba su mano..., no soltaba la mano de quien le hacía cariño.
Me he contado esta historia miles de veces y aunque pienso que es una historia sin mucho sentido para otros, creo que me la cuento mucho más en silencio y cuando miro mis manos o tengo ganas de capturar la mano que me hace cariño.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

te encuentro de nuevo,escribiendo del pasado, RECUERDOS.
Tu mente está llena de recuerdos,pero los recuerdos no son más que una referencia de tu realidad,de lo que tuviste y que tal vez ya no tienes, de lo que quieres, de lo que necesitas.
Talvez ese niño,eres tu, tal vez sí,necesitas cariño,tal vez quieres que te hagan un cariño.
TE DEJAS HACER CARIÑO?.
Recorrouna vez más tus páginas y las encuentro bellas, me gusta leerlas,pero ellugar común es comouna angustia, como un miedo a avanzar, un poco ,o tal vez, muy solo, pero siempre con algo de adentro que sacar para afuera.

8:53 PM  

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