Monday, March 19, 2007

Albahaca III

No la miré. Claro, no estaba. Me precoupé tanto de hacer algo por vivir que no la miré porque estaba lejos buscando el argumento de esta vida, el recorrer calles distintas y el sentir la pasión nuevamente recorrer el cuerpo.
Mientras estaba en eso, ella sencillamente se dejó morir, yo se que se dejó morir.
Albahaca había sido el mejor de los argumentos para explicarlo todo. Su llegada a mi vida, la forma como en silencio siempre me lo recordó todo, la manera de decirme quién soy y de donde vengo. No te preocupes, jamás lo olvidaré, me lo enseñaste demasiado bien.
Pensé que era el pago por dejarla en otras manos y permitir que alguien más le abriera el corazón..., eso no se hace pizarro, cuando vas a aprender que lo tuyo lo cuidas tú.
He tratado en vano durante tres semanas que reviva, ya ni se cuánto tiempo más se puede tratar. Me recordé de la Donna y los minutos en que el veterinario trato de que volviera con nosotros..., imposible, lo que muere, ya no está y lo que matas vuelve para recordarte lo que hiciste.
En estos días he estado en medio de tristezas, de dolores que están pegados a las esperanzas de los que quisieron que todo fuera distinto, que con esperanzas hicieron de sus vidas algo muy diferente. El viernes, el matrimonio de la Rulo..., "admiro a los que hacen lo que ellos". Fue eso lo que puse en la tarjeta del regalo, el regalo que compré por que la Karen me recordó, es que ya no recuerdo nada y me lamento de todo. Gracias en todo caso, alguien siempre está cerca para recordarme algo.
Albahaca hoy es el pretexto, es el homenaje que me sirve para hablar de esos dolores, el de las esperanzas llevadas a tierra, el de las almas que sufren en silencio, el de los colores que pierden su brillo.
Me he contestado mil cosas..., estaba lejos y albhaca moría para que yo viera cosas distintas y para que Madrid me regalara calles y olores que jamás olvidaré. Si Pizarro, la vuelta de la esperanza, lo sabes bien y lo quieres, lo aceptas y te dejas, ahora si te dejas...
Albahaca está en mi recuerdo, pero también está debajo de mi piel.
En estos días me he visto en el espejo y no me agrada lo que veo, pero me encanta lo que digo y me emociona que me conmuevan las historias que he traido hasta mis oidos. Hay dolores cerca y los siento, algunas lagrimas me hicieron darme cuenta, pero no es mucho..., me hacen sentir vida, vida de amores y de recuerdos.
Albahaca está debajo de mi piel y tú lo sabes, lo sabes mejor que nadie.